Healthy In Time
Fatiga visual y el uso de pantallas en tiempos de contingencia.
¿Te has dado cuenta que desde que pasas más tiempo en casa (ya sea haciendo home office o […]
2¿Te has dado cuenta que desde que pasas más tiempo en casa (ya sea haciendo home office o por prevención en tiempos de contingencia) tus ojos te han molestado más de lo normal?
Este año ha sido de cambios para muchos de nosotros, y además de estarnos cuidando y previniendo, hemos pasado aún más tiempo detrás de una pantalla (ya sea por trabajo, distracción o para saludar a seres queridos a distancia), lo cual ha desencadenado síntomas visuales que anteriormente no se tenían.
Mucha gente acude a la consulta pensando que “sus ojos se están desgastando” por el uso de las pantallas. Algunas personas pueden sentir que “su graduación ha aumentado”, que “ya necesitan” o que “la luz azul está acabando con mis ojos”, cuando la causa sea el uso de las pantallas por tiempo extendido.
Al mirar objetos cercanos, el ojo realiza el esfuerzo de acomodación, lo cual hace que se esté forzando y sus músculos pueden fatigarse de una manera más rápida. Muchos pacientes con graduaciones menores a una dioptría (quienes no dependen de anteojos para ver) suelen forzar sus ojos más de lo normal, y con esta nueva forma de trabajar, el esfuerzo aumenta aun más, llegando a la fatiga visual.
Pero, ¿Qué es la fatiga visual? La fatiga visual se debe a que parpadeamos menos al fijar la mirada en los dispositivos. Habitualmente, el ojo humano parpadea unas 15 veces por minutos, pero esta “velocidad de parpadeo” puede reducirse a la mitad al mirar las pantallas o realizar otras actividades a corta distancia (como leer o fijar la mirada en un punto cercano). La fatiga visual se manifiesta de diferentes formas, pero los síntomas pueden incluir resequedad ocular, visión borrosa, lagrimeo (u ojos llorosos) y dolor de cabeza.
Es muy común que los pacientes pregunten en consulta sobre el posible daño en la vista ocasionado por el uso de pantallas digitales o por la luz azul (computadoras, tabletas, celulares).
La información verdadera al respecto es que no existe ninguna evidencia científica que haya demostrado un daño visual por el uso de pantallas electrónicas (luz azul, radiaciones, campos electro-magnéticos, otros), ya que la cantidad que emanan es insignificante. Esta información está respaldada de manera oficial por la American Academy of Ophthalmology (AAO) y otras entidades relacionadas.
La AAO “no recomienda ningún tipo de lentes especiales para uso en computadoras”. De hecho, la mayor fuente de luz azul a la que estamos expuestos es al Sol. Por el contrario, lo que se ha demostrado es que la ausencia de esta gran fuente de luz se ha relacionado con un aumento de miopía en niños en la etapa escolar (por eso la recomendación de realizar más actividades al aire libre, y disminuir el tiempo encerrados detrás de una pantalla).
Lo que sí se ha demostrado es una alteración en el ciclo circadiano y un aumento de la fatiga visual por las noches en algunas personas, razón por la cual existe el “modo nocturno” en las pantallas, donde se reduce o elimina la luz azul que exponen estos dispositivos, por lo que hacen la función de los lentes con filtro de luz azul.
Y a todo esto, ¿Cómo se previene la fatiga visual? Realizando descansos frecuentes usando la regla “20-20-20.” Cada 20 minutos, retira la vista de la pantalla y mira un objeto ubicado en 20 pies (seis metros) durante al menos 20 segundos. Esto le ofrece a los ojos la posibilidad de reiniciarse y recargar energías. También ayuda usar gotas lubricantes para evitar el síndrome de ojo seco, mantener la pantalla a una de 60 cm (un brazo) de los ojos, y ajustar la altura para que los ojos la miren ligeramente hacia abajo.
¿Y la presbicia?
La presbicia es la falta de acomodación de nuestro lente natural (cristalino) debido a una disfunción por la edad. Normalmente se manifiesta después de los 40 años, y es progresiva por definición. Es un proceso de años que inicia con dificultad para enfocar los objetos cercanos debido a la falta de flexibilidad del cristalino. Posteriormente, el cristalino cambia su forma (lo cual nos provoca dificultad para ver de lejos) para finalizar haciéndose más opaco (lo que conocemos como una catarata).Este proceso nos llegará a todos con la edad, aunque existen diferentes factores (como la herencia o alguna enfermedad sistémica) que pueden acelerarlo, y hoy en día existen diferentes maneras de tratarlo (con apoyo con lentes o cirugía con láser o lente intraocular).
Si tienes alguno de estos síntomas, sigue estas recomendaciones y acude a tu oftalmólogo, quien te ofrecerá un tratamiento personalizado dependiendo de los resultados durante tu consulta.
Jorge Rendón Félix.
Cirujano Oftalmólogo.
Instagram: dr.jorgerendon
Facebook y Doctoralia: Dr. Jorge Rendón
Página web: drjorgerendon.com
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